La generación del baby boom ha moldeado el panorama económico, social y cultural en España. A medida que los boomers, nacidos entre 1957 y 1977, alcanzaron posiciones de poder y acumularon riqueza, su impacto ha sido profundo y transformador.
Hoy en día, los boomers poseen casi la mitad del patrimonio neto de los hogares en España, especialmente en propiedades, lo que ha elevado el precio de la vivienda y dificultado el acceso para las generaciones jóvenes. Esta situación no solo crea una brecha de riqueza, sino también una «dictadura demográfica», ya que su número y poder económico influencian el mercado y las políticas públicas. Empresas de productos nostálgicos, como las de moda y entretenimiento de los años 70 y 80, resurgen para capturar su atención y capital.
A largo plazo, el envejecimiento poblacional plantea desafíos profundos para el sistema de pensiones. Los boomers se beneficiarán de un gasto público creciente en pensiones, mientras que los jóvenes se enfrentan a dificultades laborales y acceso limitado a la vivienda. Esto crea un escenario en el que las políticas favorecen a los mayores, olvidando las necesidades de las generaciones jóvenes.
La presión sobre el sistema de pensiones es crítica, pues se estima que para 2052 la tasa de dependencia será del 100%, con apenas un trabajador para sostener cada pensión. Ante este panorama, urge una reforma que asegure el equilibrio intergeneracional y la sostenibilidad a largo plazo. En un país donde el pasado se sigue proyectando hacia el futuro, el reto está en no permitir que el poder de una generación defina el destino de las siguientes.
Este enfoque pone en perspectiva cómo el poder de los boomers sigue moldeando la economía y la política de España, y destaca la importancia de abordar estos desafíos para un desarrollo equilibrado.
Fuente: BusinessInsider